
La verdad es que tenía ganas de recibirlo y una vez que lo he tenido en mis manos me ha encantado.
El libro tiene unas imágenes preciosas y muy simpáticas. Es una historia llena de humor y de momentos muy divertidos.
En sus páginas encontrareis la aventura de un intrépido niño astronauta, absolutamente convencido de que hay vida en Marte, y que viaja en solitario al planeta rojo. Lleva consigo unas magdalenas de chocolate para regalárselas a quien encuentre. Pero ante él solo ve el cielo negro, rocas y polvo. ¿Estaba completamente equivocado? No se le habrá pasado algo por alto, ¿verdad?
Con un travieso sentido del humor y unas ilustraciones inolvidables, Jon Agee nos anima a perseguir nuestros sueños, por imposibles o lejanos que parezcan, pero ¡sin dejar de prestar atención a lo que nos rodea!
Es un cuento genial para regalar y para trabajar en clase.